Descripción del Ascendente

La mayoría de la gente conoce bajo qué signo del Zodíaco ha nacido, en otras palabras, el signo en que el Sol se encontraba el día de su natalicio, y aunque la posición del Sol en el Zodíaco en una fecha particular de nacimiento es de la mayor importancia para los astrólogos, no se la debe considerar como el factor individual más importante en un horóscopo individual. Ese factor es el ascendente o signo ascendente, es decir, el signo del Zodiaco que se halla en el horizonte en el momento del nacimiento.

La rotación de la Tierra hace que, aproximadamente cada 4’, un grado del Zodíaco se eleve por encima del horizonte oriental. Por esta razón, es evidente la importancia que tiene saber la hora exacta del nacimiento.

En cualquier fecha que haya nacido una persona es posible tener uno de los 12 signos del zodíaco como ascendente. Así por ejemplo, es factible para un Libra, una persona que ha nacido mientras el Sol estaba en Libra, tener un Aries o un Tauro como Ascendente. Esto constituye un punto muy importante y no suficientemente comprendido, porque significa que sólo unos cuantos de nosotros (menos de tres cuartas partes del uno por ciento) son un tipo zodiacal puro, es decir, individuos que han nacido con el mismo ascendente que su signo solar. De este modo, si alguien ha nacido con el Sol en Aries y un Ascendente Libra, es probable que sus características sean una mezcla de los considerados como típicamente Libra y típicamente Aries.

El Ascendente es un punto importante porque expresa como nos han condicionado las circunstancias. Indica la conducta aprendida, así como la imagen que presentamos a los demás. Así mismo se relaciona con la forma en que tiendes a empezar las cosas. Representa la imagen de la personalidad vista por los demás, la apariencia física, el temperamento y nuestra inclinación natural.

La conciencia se da cuenta de su propia existencia y de cómo ésta opera gracias al ascendente, que es el foco preciso entre el mundo consciente y el inconsciente, es decir, como expresamos nuestras experiencias exteriormente, a fin de establecer un equilibrio ante el Sol, nuestra esencia, y la Luna en nuestras emociones inconscientes.